De igual manera que un sistema operativo iniciado como un mero proyecto personal y anunciado en una lista de correo ha terminado sustituyendo en muchas administraciones a Microsoft Windows, ahora otro software 'open source' concebido en un sótano hace casi dos décadas ha resultado ser clave en una de las operaciones más audaces del conflicto militar que mantienen Ucrania y Rusia.
Y es que ArduPilot, una aplicación gratuita y desarrollada por una comunidad de entusiastas, ha sido usado como cerebro digital del enjambre de drones que penetró en lo más profundo del territorio ruso para infligir un daño multimillonario a la aviación del ejército del Kremlin.
Operación Telaraña: drones, inteligencia y una app gratuita
El pasado 1 de junio de 2025, Ucrania ejecutó la llamada "Operación Telaraña", una compleja y secreta ofensiva aérea con drones 'kamikaze' que alcanzó múltiples bases aéreas rusas, incluyendo Belaya, Olenya e Ivanovo. Según el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU), se destruyeron o dañaron 41 aeronaves, entre ellas bombarderos Tu-95, Tu-160 y Tu-22M3, los responsables de lanzar misiles de crucero contra Ucrania.
Pero lo más sorprendente no fue el impacto material, sino la tecnología que lo hizo posible: 117 drones FPV (vista en primera persona) programados con ArduPilot, un software de autopilotaje de código abierto que proporciona funciones navegación autónoma incluso en condiciones de pérdida de señal o de interferencia del GPS.
ArduPilot: del sótano a la guerra
ArduPilot nació en 2007 cuando Chris Anderson, exeditor de la revista WIRED, combinó un kit de Lego Mindstorms con una placa Arduino para crear un sistema de piloto automático. Posteriormente, junto a Jordi Muñoz y Jason Short, fundaron 3DR y lanzaron las primeras versiones del software en 2009.
Así, lo que comenzó como una herramienta para aficionados a los drones terminó convirtiéndose en uno de los sistemas más versátiles del mundo, usado en drones, barcos, submarinos, tractores y ahora... en ataques militares. En palabras de Short tras ver imágenes del ataque:
"Ni en un millón de años hubiera imaginado que iba a terminar así".
Dilemas éticos
Los desarrolladores originales de ArduPilot recuerdan que el software se diseñó para fines pacíficos como la agricultura, rescate o cartografía. Aunque el proyecto cuenta con un código de conducta que rechaza el uso militar, al ser de código abierto, cualquiera puede modificarlo y reutilizarlo sin restricciones legales.
Este dilema resalta uno de los debates más relevantes en torno al software libre: ¿debería limitarse su uso en contextos bélicos? Lo cierto es que, para muchos desarrolladores, el mismo espíritu del open source exige su libertad irrestricta de uso.
La nueva guerra: barata, abierta y asimétrica
El éxito de Ucrania se basa en su capacidad para hacer mucho con poco. Mientras Rusia despliega sistemas complejos y costosos, Ucrania ha estadi recurriendo a drones económicos modificados con tecnología comercial y software gratuito. Las aeronaves utilizadas en la operación, de hecho, costaron una mera fracción de lo que valen los bombarderos destruidos: los daños estimados son de hasta 7.000 millones de dólares.
Estos drones, ocultos en camiones con compartimentos secretos, fueron lanzados desde el interior del propio territorio ruso, y manejados remotamente con módulos simples conectados a placas tipo Raspberry Pi. La combinación de hardware casero y ArduPilot permitió ejecutar una misión de precisión sin depender de redes satelitales como Starlink, que Rusia bloquea activamente.
El aviso a Occidente
Según los analistas de defensa, esta operación representa un cambio de paradigma: el modelo de guerra tradicional basado en superioridad numérica y tecnológica se está erosionando. Cualquier país (o grupo no estatal) con acceso a tecnología básica y software libre puede ejecutar operaciones de amplio alcance bélico.
Así, la defensa ya no consiste solo en más tanques o misiles, sino en adaptarse a un nuevo entorno en el que una app gratuita puede convertirse en arma estratégica, y en la que resulta imposible proteger "todo, en todas partes, todo el tiempo".
Imagen | Marcos Merino mediante IA
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